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miércoles, 5 de enero de 2011

METACOGNICIÓN ANIMAL, en perros y otros animales

Estas noticias para mi y supongo que para vosotr@s son y serán muy interesantes, ya que hay una parte de la mal llamada "humanidad" que aún no se hacen a la idea, de que este pequeño mundo, la tierra y los que la poblamos estamos constituidos de lo mismo, aunque diversificados y por tanto tendríamos que tener más respeto y mayor concienciación e investigación por los animales que tenemos " al lado", es decir...vivir y dejar vivir .

Pienso o quizás deseo que, se estén haciendo en la actualidad y se hagan muchas de estas investigaciones en los siglos venideros, no para beneficiarnos de los animales, sino para "entendernos" más aún si cabe.

Gracias por leerme y SALUDOS.
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Hay una creciente evidencia de que los animales comparten paralelismos funcionales con la metacognición consciente de los seres humanos


Antes de profundizar en esta apasionante tema, es imprescindible definir qué es la metacognición (por cierto, no deja de ser curioso que uno de los pioneros, Gregory Bateson, desarrollará este concepto y la “teoría de la mente” a partir de la observación de un grupo de cachorros de perros jugando y cómo se interpretaban y “adivinaban” unos a otros sus intenciones): Una definición admitida es “Metacognición es la capacidad que tiene el hombre de auto-regular el propio aprendizaje, de planificar qué estrategias se han de utilizar en cada situación, aplicarlas, controlar el proceso, evaluarlo para detectar posibles fallos, y como consecuencia transferir todo ello a una nueva actuación”. Yael Abramovicz Rosenblatt utiliza otra definición que nos parece especialmente acertada: “Metacognición es la manera de aprender a razonar sobre el propio razonamiento, aplicación del pensamiento al acto de pensar, aprender a aprender, es mejorar las actividades y las tareas intelectuales que uno lleva a cabo usando la reflexión para orientarlas y asegurarse una buena ejecución“. Algunos psicólogos afirman que el autismo es un fallo en la metacognición de las personas que lo padecen, un error en la “teoría de la mente”, pero no es un hecho contrastado.

Metacognición en animales, delfines y macacos

J. David Smith, Ph.D., psicólogo de la Universidad de Buffalo, profesor en el Departamento de Psicología de la UB y el Centro de Ciencias Cognitivas, es reconocido por sus investigaciones y publicaciones en este campo, y ha llevado a cabo durante los últimos años amplios estudios acerca de la cognición animal, afirmando que hay una creciente evidencia de que los animales comparten paralelismos funcionales con la metacognición consciente de los seres humanos, es decir, se puede comparar con la capacidad de los seres humanos de reflexionar y controlar o regular sus estados de ánimo. Su investigación es apoyada por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo y la Fundación Nacional de Ciencias.

Smith afirma que  es un objetivo fundamental de la psicología comparativa establecer con firmeza si los seres humanos y los animales comparten características metacognitivas
Smith afirmó esta conclusión en un artículo publicado en la edición de septiembre de 2009 de la revista Tendencias en Ciencias Cognitivas (Volumen 13, Número 9), en cuyas páginas detalla este tema en pleno desarrollo de investigación comparativa, describe sus hitos y sus perspectivas de progreso.

Los psicólogos comparativos han estudiado si los animales no humanos tienen un conocimiento de sus propios estados cognitivos mediante pruebas en un delfín, palomas, ratas, monos y otros simios (sobre la percepción, la memoria y diferentes problemas de ocultamiento de alimentos). Las pruebas de campo ofrecen la evidencia de que algunos animales tienen paralelismos funcionales a la consciencia de los seres humanos, a la auto-consciencia de los seres humanos cognitivos. Entre estas especies están los delfines y monos macacos (una especie de monos del Viejo Mundo).

En contraste, con estos animales, en varios estudios con palomas hasta ahora no han manifestado ninguna capacidad de metacognición. Además, varios estudios convergentes muestran que los monos capuchinos apenas expresan una mínima capacidad de metacognición. Este último resultado -dice Smith- plantea importantes cuestiones sobre la aparición de la mente reflexiva o extendida en el orden de los primates (¿por qué en unos sí existe y en otro no?).
Esta área de investigación abre una nueva perspectiva en el estudio de la mente reflexiva en los animales, permitiendo a los investigadores rastrear en los antecedentes de la conciencia humana.

Smith explica que la metacognición es una capacidad sofisticada de los humanos, y está vinculada a la estructura jerárquica en la mente (ya que los procesos ejecutivos de control metacognitivo supervisan la cognición de nivel inferior), con conciencia de sí mismo (por eso la incertidumbre y la duda se sienten como algo tan personal y subjetivo) y la conciencia declarativa (por la que los seres humanos son conscientes de sus estados de conocimiento).
Por lo tanto -dice Smith-  es objetivo fundamental de la psicología comparativa establecer con firmeza si los seres humanos y los animales comparten características metacognitivas. Si lo hacen, podría tener su propia consciencia y también consciencia de sí mismos.
De hecho, concluye, La metacognición, el uso del idioma y de herramientas es donde podemos encontrar o no puntos en común entre la mente de humanos y animales.

(Fuente: Universidad de Buffalo).
Estos estudios continúan evolucionando, se siguen desarrollando con diferentes animales (perros, caballos…) en la búsqueda continua de datos que puedan corroborar lo que hoy ya es un secreto a voces: muchos animales, como los perros, tienen capacidades mentales complejas, una perspectiva del mundo y de sí mismos y lo que les rodea, que hasta hace muy poco ignorábamos.
El futuro del adiestramiento canino
Esto que se ha venido a llamar metacognición, que se encuentra en estudio en las universidades de medio mundo, y que es quizás la verdadera frontera de la inteligencia, y aplicada al adiestramiento canino se convierte en la próxima revolución. Atrás queda el conductismo clásico, el aprendizaje por repetición, el condicionamiento. El perro es capaz de “saber que sabe”, “saber lo que no sabe”, “sabe interpretar a otros animales de su misma o diferente especie”, “saber…”. La pregunta del millón ahora es ¿estamos preparados nosotros para ello? ¿Seremos capaces de comunicarnos con los perros bajo las reglas de especies colaborativas, que se unen con un propósito diferente al de someter unas a otras?

En otros estudios detallados en doogweb hemos visto cómo los perros son capaces de “imaginar”, o cómo pueden solucionar problemas que implican el conocimiento y análisis del medio, de sí mismos y de las consecuencias de una decisión. Nos ha costado 15.000 años descubrirlo, pero tal vez haya llegado el momento de pensar en el perro como una especie complementaria al hombre, no al servicio del mismo. Una especie con la que existen otras formas de comunicarse porque es capaz de razonar, no sólo de aprender por “x” repeticiones. Al final va a ser verdad aquello de que “todos los animales somos el mismo agua, sólo cambian los vasos”.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Una bacteria que vive con el arsénico amplía la receta de la vida

Anoche estuve viendo a Iñaqui Gabilondo que entrevistaba a un biólogo investigador del CSIC que...( aunque no se acordaba de la tabla de los elementos, si el fósforo iba antes o después del arsénico) dió unas buenas explicaciones sobre este descubrimiento que "tira por el suelo" tantos años de estudio y especulación sobre el ADN y que abre infinitas investigaciones con este nuevo descubrimiento, ya que el arsénico se dá mucho mas en la tierra que el fósforo que se encuentra escasamente.( Más o menos dijo  jejeje el Biólogo es mi hijo no yo...)

FELISA WOLFE SIMON - descubridora

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Hasta ayer, biólogos y bioquímicos podían afirmar que todos los seres vivos estaban formados por seis elementos básicos: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre.
Hoy ya no, pues una joven investigadores de la NASA, la exobióloga Felisa Wolfe-Simon, encontró bacterias que pueden usar e incorporar arsénico (elemento tóxico para el resto de seres vivos) en lugar de fósforo, con lo cual modifica los fundamentos de lo que se sabe sobre la vida.
“La definición de vida se ha expandido”, dijo Ed Weiler de la NASA en la conferencia de prensa que se llevó a cabo en la sede de esa agencia espacial, en Washington.
“Mientras perseveramos en nuestros esfuerzos buscando rastros de vida en el sistema solar, debemos pensar con más amplitud y más variabilidad, y considerar la vida en formas que no conocemos”.
Lo nunca visto y el porvenir
“Sabemos que algunos microbios pueden respirar arsénico, pero lo que hemos encontrado es un microbio que hace algo nuevo, construye partes de sí mismo a partir del arsénico. Dijo Felisa Wolfe-Simon sobre sus hallazgos en el lago Mono del Menlo Park de California.
“Si algo aquí en la Tierra puede hacer algo tan inesperado, ¿qué más podrá hacer la vida que aún no hemos podido ver?”, se preguntó la exobióloga.
Aunque, en honor a la verdad, el descubrimiento no era tan inesperado. De hecho, el equipo lo estaba buscando, ya que Wolfe-Simon dijo en un congreso sobre vida extraterrestre, en el 2006, y publicó posteriormente en un artículo que un organismo que pudiera vivir en presencia de arsénico podría, eventualmente, incorporarlo a su metabolismo.
Lo que no es
Desde que se dio la noticia han surgido las preguntas ¿Es una forma de vida que vino del espacio? ¿Es un organismo con un origen distinto al resto de nosotros?
La respuesta a ambas preguntas es “no”.
El microbio recién descubierto, la cepa GFAJ-1, es miembro de un grupo muy común de bacterias, las Gammaproteobacterias, así que la hipótesis más plausible es que llevó su adaptación a ese ambiente al extremo de incorporar el arsénico a su metabolismo.
¿Cómo las encontraron?
En el laboratorio, los investigadores lograron crecer cultivos de GFAJ-1 con una dieta baja en fósforo, pero rica en arsénico y cuando quitaron por completo el fósforo los cultivos siguieron creciendo. Análisis posteriores mostraron que el arsénico estaba siendo utilizado para elaborar partes constitutivas de nuevas células GFAJ-1, como ADN, proteínas membranas celulares.

El equipo, que sabía lo que quería, decidió explorar el lago Mono por sus altas salinidad y alcalinidad, y sus altos niveles de arsénico.
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EL PAIS

El microorganismo, hallado en California, da nuevas pistas sobre cómo buscar vida extraterrestre


Una bacteria que vive en el lago californiano Mono, salado y rico en arsénico, ha sorprendido a los científicos por su capacidad de sustituir en sus elementos esenciales, incluido en parte el ADN y las membranas celulares, el habitual fósforo por arsénico. El hallazgo supone añadir este elemento, normalmente tóxico por alterar los procesos metabólicos de los seres vivos, a los seis ingredientes clásicos de los organismos vivos: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo. Los expertos en astrobiología de la NASA señalan que esto abre una nueva vía posible de búsqueda de vida extraterrestre, en forma de organismos que puedan vivir en las condiciones hasta ahora consideradas extremadamente venenosas del arsénico.

El agua del lago Mono, en California, junto a las montañas de Sierra Nevada, tiene altas concentraciones de arsénico.- HENRY BORTMAN
Felisa Wolfe-Simon y sus colegas han demostrado en sus experimentos en laboratorio que las colonias de estas bacterias, de la familia de las halomonadaceas, cuando son cultivadas en un medio en el que se va sustituyendo en la dieta el fósforo por el arsénico, acaban asimilando ese segundo elemento, incorporándolo incluso en el material genético. "Nuestro hallazgo nos recuerda que la vida tal y como la conocemos puede ser mucho más flexible de lo que normalmente asumimos o podemos imaginar", ha manifestado la investigadora.
Estos microorganismos especiales se suman a la lista de los llamados extremófilos, capaces de adaptarse a la vida en condiciones normalmente hostiles como de alta temperatura, acidez o salinidad. Pero el descubrimiento, indica la revista Science donde se da a conocer, "saca a la luz, por primera vez, un microorganismo que es capaz de usar un elemento químico tóxico, en lugar de un fosfato, para vivir y crecer".
El experimento de estos científicos estadounidenses demuestra que es posible una forma de vida con una química diferente a la habitual. En ese caso se trata de una adaptación extrema, puesto que las bacterias se basan en el fósforo normalmente, pero son capaces de cambiarlo por el arsénico, aunque prefieren el primero en la dieta.
"Sabíamos ya que algunos mibrobios pueden respirar arsénico, pero lo que hemos descubierto es que esta bacteria es capaz de hacer algo nuevo, al construir parte de sí misma con ese elemento", ha explicado Wolfe-Simon.
Estos científicos decidieron explorar el lago Meno por sus características químicas especiales, sobre todo su alta salinidad, pero también la alta concentración de arsénico en sus aguas. Tomaron muestras de bacterias allí y decidieron experimentar con ellas en su laboratorio para probar la idea de la sustitución del fósforo por el arsénico que Wolfe-Simón había explorado,como pura especulación, dadas que ambos elementos comparten propiedades químicas importantes. La investigación ha sido un éxito.
"La definición devida sencillamente seha ensanchado", ha comentado Ed Weiler, director científico de la NASA. "En nuestro esfuerzo por buscar signos de vida en el Sistema Solar, tenemos que tener mayor amplitud de miras".