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domingo, 20 de febrero de 2011

GALEANO Y LA GENTE OBJETIVA.



Yo ya llevaba un buen rato escribiendo Memoria del fuego, y cuanto más escribía más adentro me metía en las historias que contaba. Ya me estaba costando distinguir el pasado del presente: lo que había sido estaba siendo, y estaba siendo a mi alrededor, y escribir era mi manera de golpear y de abrazar. Sin embargo, se supone que los libros de historia no son subjetivos.
Se lo comenté a don José Coronel Urtecho: en este libro que estoy escribiendo, al revés y al derecho, a luz y a trasluz, se mire como se mire, se me notan a simple vista mis broncas y mis amores.

Y a orillas del río San Juan, el viejo poeta me dijo que a los fanáticos de la objetividad no hay que hacerles ni caso:
-No te preocupés -me dijo-. Así debe ser.

Los que hacen de la objetividad una religión, mienten. Ellos no quieren ser objetivos, mentira: quieren ser objetos, para salvarse del dolor humano.

Eduardo Galeano


 

2 comentarios:

Carmela dijo...

Amado Galeano!
"Los objetivos quieren ser objetos para salvarse del dolor humano"
Qué bueno.Para tenerlo en cuenta.
Enalteceremos la subjetividad.
También será bueno recordar que...
"escribir era mi manera de golpear y de abrazar".
Las palabras pueden ser golpes o abrazos.
Las que se dicen ... las que se omiten...
Prefiero los abrazos.
Te mando un abrazo dominical.

Felipe Medina dijo...

Querible Galeano.La estructura de la pobreza en una de las grandes voces de la denuncia