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lunes, 1 de noviembre de 2010

HOMENAJE A LOS ÁRBOLES

Esta fotografia que tome hace unos dias, es una buena razón para homenajear a la persona o personas que decidieron salvar la compostura del árbol, haciendo una valla a su medida, a la vez que hago aqui un homenaje a los árboles y a los poetas que nos dejaron su sentido poético sobre ellos.

Que vivan los árboles que nos dan sus frutos y su sombra, su oxígeno, sus hojas caidas en el otoño, que formarán el humus, que cobijan los nidos de los pájaros en la ciudad y de otros animales en la selva y en el bosque...cuidémos los árboles, plantemos cuantos más podamos que serán la alegría y el futuro de esta tierra.


POEMAS


LUIS CERNUDA
Al lado de las aguas está, como leyenda,
En su jardín murado y silencioso,
El árbol bello dos veces centenario,
Las poderosas ramas extendidas,
Cerco de tanta hierba, entrelazando hojas,
Dosel donde una sombra edénica subsiste.
Bajo este cielo nórdico nacido,
Cuya luz es tan breve, e incierta aun siendo breve,
Apenas embeleso estival lo traspasa y exalta
Como a su hermano el plátano del mediodía
Sonoro de cigarras, junto del cual es grato
Dejar morir el tiempo divinamente inútil.
Tras el invierno horrible, cuando sólo la llama
Conforta aquella espera del revivir futuro,
Al pie del árbol brotan lágrimas de la nieve,
Corolas de azafrán, jacintos, asfodelos,
Con pujanza vernal de la tierra, y fielmente
De nueva juventud el árbol se corona.
Son entonces los días, algunos despejados,
Algunos nebulosos, más tibios de este clima,
Sueño septentrional que el sol casi no rompe,
Y hacia el estanque vienen rondas de mozos rubios:
Temblando, tantos cuerpos ligeros, queda el agua;
Vibrando, tantas voces timbradas, queda el aire.
Entre sus mocedades, vida prometedora,
Aunque pronto marchita en usos tristes,
Raro es aquel que siente, a solas algún día
En hora apasionada, la mano sobre el tronco,
La secreta premura de la savia, ascendiendo
Tal si fuera el latido de su propio destino. [...]
****


ANTONIO MACHADO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera. 
***


RUBEN DARIO
¡Oh, pinos, oh hermanos en tierra y ambiente,
yo os amo! Sois dulces, sois buenos, sois graves.
Diríase un árbol que piensa y que siente
mimado de auroras, poetas y aves.
Tocó vuestra frente la alada sandalia;
habéis sido mástil, proscenio, curul,
¡oh pinos solares, oh pinos de Italia,
bañados de gracia, de gloria, de azul!
Sombríos, sin oro del sol, taciturnos,
en medio de brumas glaciales y en
montañas de ensueños, ¡oh pinos nocturnos,
oh pinos del Norte, sois bellos también!
Con gestos de estatuas, de mimos, de actores,
tendiendo a la dulce caricia del mar,
oh pinos de Nápoles, rodeados de flores,
oh pinos divinos, no os puedo olvidar!
Cuando en mis errantes pasos peregrinos
la Isla Dorada me ha dado un rincón
do soñar mis sueños, encontré los pinos,
los pinos amados de mi corazón.
Amados por tristes, por blandos, por bellos.
Por su aroma, aroma de una inmensa flor,
por su aire de monjes, sus largos cabellos,
sus savias, ruïdos y nidos de amor.
¡Oh pinos antiguos que agitara el viento
de las epopeyas, amados del sol!
¡Oh líricos pinos del Renacimiento,
y de los jardines del suelo español! [...]
********


 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosas poesías.
Los arboles son nuestro espejo más profundo.
El bosque es nuestra casa.
Seamos humildes y oremos para su bendición.


Grácias.

Carmela dijo...

Hermosos poemas y un merecido homenaje a los árboles que tanto maltrato reciben por la mano del hombre.
Me encanta el de Machado:

"Al olmo viejo , hendido por el
rayo
y en su mitad podrido
con las lluvias de abril
y el sol de
mayo
algunas hojas verdes le han
salido..."

Majestuosa imagen de la " pulsión de vida"!!
Bellas imágenes.

Carmela dijo...

"Los árboles"

"Los árboles del parque
en el lánguido otoño
parecen pensativos
bajo el cielo de plomo.

Huyeron de sus ramas
los pájaros ... y solos
han quedado los nidos.

Cuando el viento sonoro
pasa en las tardes mustias
el paisaje de un hondo
misterio se rodea...

Bajo el cielo de plomo
esos árboles tristes ,
besados por otoño
parecen desde lejos
enormes copas de oro."
- FÉLIX VISILLAC -
Es un poema de un poeta poco difundido.
Abrazos!